
Cuando alguien como yo descubre entre las joyas de la corona (me refiero a las fotografías de mi madre) algunas en particular, no puedo resistirme a dar rienda suelta a mi imaginación.
Entonces, es el momento de dibujarla como a una artista de cine, pop o la mujer más hermosa del mundo.
Así que cuando un hermoso interior se une al exterior y, casualmente esta persona se trata de mi madre, no puedo sentirme más feliz y agradecida.
Quizás antes, cuando sólo era hija, podía entenderla un poco, pero ahora que soy madre, la comprendo en muchos más aspectos
Eso me permite darme cuenta que en cantidad de situaciones cotidianas que vivo día a día, la historia se repite (para bien 😉).
Por estos y muchísimos más motivos que no voy a mencionar, ya que no acabaría nunca, quiero desearte un feliz día hoy y siempre.
Te quiero,
Ana